Manzanilla: trastornos digestivos
La manzanilla es, con permiso del poleo menta, la reina de las infusiones, omnipresente en las alacenas patrias. En la Antigüedad esta hierba era utilizada por las mujeres embarazadas para calmar las náuseas, así como para relajar la tensión muscular durante el parto. Tal uso era un acierto, pues la manzanilla tiene propiedades calmantes y, además, digestivas. No en vano ayuda a paliar los trastornos digestivos leves, sobre todo los relacionados con la disminución de las flatulencias, la reparación de la membrana gástrica o la regulación de los movimientos de la musculatura intestinal. Incluso es una buena aliada para mitigar los dolores derivados de la menstruación.
Melisa y tila: estados de ánimo
La melisa, originaria de las zonas mediterráneas del sur de Europa, ya era usada por los monjes carmelitas para la elaboración de su popular agua del Carmen, también conocida como agua de Toronjil, cuya finalidad es la calma de los estados nerviosos. En la actualidad se sigue usando (acertadamente) para calmar los nervios y para disminuir los estados de ansiedad. Además, parece ser que esta hierba silvestre, de color vivo y retrogusto a limón, ayuda a calmar las palpitaciones y mitigar los casos de asma. Por su parte, la tila infusionada es una de las más recurridas para aplacar los estados de ansiedad, la angustia y el estrés, pues tiene propiedades relajantes.
Salvia: estimula el sistema circulatorio
Oriunda del sur de Europa, esta planta aromática y medicinal tiene siglos de historia a sus espaldas, pues ya era utilizada por los romanos para promover la cicatrización de las heridas y para sanar las fiebres y los problemas menstruales. Sea como fuere, por lo que destaca es por su propiedad estimulante o emenagoga. Es decir, estimula el flujo sanguíneo en la zona del útero y de la pelvis y, además, fomenta la menstruación, por lo que puede ayudar a mitigar las menstruaciones complicadas. A pesar de sus bondades, se recomienda no ingerirla durante la época de lactancia, pues puede inhibir la producción de leche materna.
Valeriana: descanso nocturno
La valeriana es otro de los clásicos omnipresentes en las boticas. Aunque esta hierba ha tenido diferentes usos a lo largo de los siglos (se usaba para paliar los dolores menstruales en la antigua Grecia y para mitigar la gota en el siglo XII), su mayor poder lo tiene sobre el sistema nervioso central y, por ende, en el cerebro. De hecho, seda y relaja dichos órganos, lo que conlleva un estado de calma, el cual obviamente facilita el descanso y, por tanto, evita el insomnio.
Tomillo: sistema inmunológico
Como condimento, como planta ornamental o medicinal, el tomillo es una de las hierbas silvestres más manidas. Además, su uso se remonta a siglos atrás, pues se sabe que ya lo utilizaban en la antigua Grecia como remedio para curar las heridas y en la Edad Media para paliar los casos de asma. Aunque el tomillo se usa ampliamente en la cocina como condimento, infusionado es un excelente aliado para reforzar el sistema inmunológico, pues contiene en su composición timol, el cual tiene acción fungicida. Por tanto, una infusión diaria a base de esta hierba puede ayudar a prevenir dolencias muy comunes y molestas, como catarros, dolores de garganta o tos. Poleo menta: expectorante y digestivo
La infusión hecha a base de esta hierba tiene un sabor agradable, refrescante y con un retrogusto a hierbabuena. Ayuda a sobrellevar las digestiones pesadas (quién no la ha pedido para aligerar el estómago tras una comida copiosa) y, además, promueve la eliminación y la expulsión de las mucosidades.