Linaza Molida
La linaza (también conocida como “semillas de lino”), considerada junto con la chía, el amaranto o la quinoa un superalimento, es una semilla perteneciente a la planta Linum Usitatissimum. Su consumo humano ha crecido en los últimos años debido a sus importantes propiedades nutricionales y beneficios para la salud.
Tal como reseña Colombia Gastronomía, la linaza se consume (principalmente molida) en infusiones, ensaladas, zumos naturales, panes o galletas. Sin embargo, y además de estas aplicaciones, es relevante destacar que de la semilla de lino se obtiene el aceite de linaza y la harina de linaza, productos muy valorados por sus propiedades nutricionales en dietas vegetarianas y veganas.
Como curiosidad, el aceite de linaza además de utilizarse en el consumo humano, se emplea en el diseño de cosméticos o en la dilución para pintura de telas. Puedes comprar linaza (en semilla o polvo) en tiendas de alimentación, herbolarios o tiendas especializadas en productos dietéticos.
Para su conservación, se toman en cuenta dos factores: si son semillas enteras, se recomienda almacenarlas en un lugar fresco y seco; mientras que, si compramos la linaza en polvo, podemos conservarla en la nevera (si se prevé un consumo a corto plazo) o en el congelador (si disponemos de mucha cantidad y su consumo no va a ser inmediato).
Propiedades de la linaza:
- Rica en fibra
- Alto contenido en ácidos grasos como Omega 3, Omega 6 y Omega 9
- Antioxidantes
- Vitaminas del grupo B y Vitamina E
- Fuente mineral. Posee hierro, potasio, magnesio, manganeso y fósforo
El consumo diario de linaza (2 cucharaditas al día) está recomendado por los siguientes beneficios para la salud:
- Actúa como suplemento para la pérdida de peso
- Favorece el tránsito intestinal
- Es antioxidante
- Regula la tensión arterial
- Es beneficiosa para reducir el nivel de estrés
- Previene de enfermedades cancerígenas
- Mantiene en equilibrio el colesterol y es beneficiosa para personas con enfermedades cardiacas
- Favorece el desarrollo del sistema nervioso del feto