Semilla de chia – granel (piwen)
Propiedades y beneficios de las semillas chía
Entre los beneficios de las semillas de chía más importantes, podemos destacar. Por ejemplo, su contenido 2 veces mayor en comparación a cualquier otra semilla, 5 veces más calcio que la leche entera, 2 veces más potasio que el plátano, 3 veces más hierro que las espinacas y 3 veces más antioxidantes que los arándanos. Además, también cuenta con boro (necesario para estimular la absorción de calcio en los huesos) y otros minerales como el cobre, manganeso, niacina, zinc, etc. Igualmente, cuenta con ácidos grasos esenciales Omega 3.
Su contenido en proteínas de rápida digestión, proporciona también los 9 aminoácidos esenciales, mientras que su alto contenido en fibra soluble, acelera y prolonga la saciedad, reduciendo los antojos entre comidas y mejorando el tracto digestivo, por lo que estimula la tasa metabólica a lo largo del día. Evidentemente, su bajo índice glucémico le hace un alimento ideal para los diabéticos, pues permite mantener un control más aceptable de los niveles de azúcar.
Gracias a los antioxidantes, se mejora el sistema inmunológico, tras eliminar las toxinas que el cuerpo absorbe diariamente, y además, esta es una de las propiedades que le permite mantenerse fresca y comestible, incluso hasta por 4 años, antes de que el sabor, olor o valor nutritivo comience a deteriorarse.
Por otra parte, las semillas de chía, que son ricas en ácidos grasos esenciales Omega 3, y que se catalogan dentro de las grasas buenas, favorecen al sistema cardiovascular y circulatorio, al mantener a raya los límites de colesterol en la sangre. Se ha demostrado que contienen un mayor índice de Omega 3, superando por mucho a las semillas de lino o el salmón.
Por estas y muchas más razones, es que las semillas de chía se deben incluir en todas las dietas, sobre todo si se está buscando la pérdida de grasa corporal. Algunos estudios realizados con gallinas y cerdos que fueron alimentados con semillas de chía, se encontró que los huevos y la carne de los animales, respectivamente, se había reducido el contenido de grasas saturadas y aumentado el de grasas insaturadas.
Cómo comer las semillas de chía
Gracias a sus propiedades de fácil digestión, las semillas de chía pueden ser consumidas por cualquier persona, en diferentes preparaciones o simplemente comiendo una cucharada de las semillas.
A continuación te mostramos algunas de las maneras de comer semillas de chía:
Necesitarás:
- Una cucharada de semillas de chía
- Un vaso de agua o cualquier otro líquido; puede ser el zumo de una fruta
Preparación:
- Primero se deben colocar las semillas en el líquido, permitiendo que estas reposen por aproximadamente 10 minutos o menos, hasta que hayan absorbido todo el jugo.
- Una vez hecho esto, se debe formar una especie de gel voluminoso, del cual, deberás tomar ⅓ de la taza de la mezcla recién hecha y añadir a dos 3 tazas de agua.
- Mezclar y colar en caso de ser necesario.
- La preparación se puede almacenar en el refrigerador para su consumo en cualquier momento.
En México y Centroamérica existe una bebida muy popular conocida como Chía fresca y que consiste en mezclar las semillas de chía con agua, jugo de limón, azúcar.
Receta de Chía fresca
Por otra parte, también se pueden consumir los brotes tiernos de las semillas, que aportan altas cantidades de vitaminas y minerales. Si se prefiere, igualmente pueden añadirse las semillas directamente a las ensaladas o postres, e incluso combinar con cereales y leche. Algunas personas acostumbran a molerlas o machacarlas para usar en sopas y cremas.
Recientemente, también se han empezado a utilizar en la panadería, pues luego de múltiples investigaciones se observó que los panes con semillas de chía tienen un mejor concentrado de proteínas, fibra dietéticas y grasas buenas.
Como no puede ser de otra forma, lo más recomendable siempre es consumirlas de forma natural, para asegurarse de mantener todos sus nutrientes. No obstante, su ingesta debe limitarse a porciones pequeñas, debido a su alto contenido en calorías, tal y como sucede con otros frutos secos, entre los que destacan las nueces y las almendras.